
Es un hecho. Hace ya muchísimo tiempo fueron los productos franceses los que se instalaron en la lista de favoritos de millones de mujeres en todo el mundo. Y muchos siguen manteniendo su reinado. Amasan seguidoras y cuentan con una merecida fama internacional.
Silenciosa y paulatinamente la belleza coreana y sus productos, ha ido ganando popularidad de forma paralela de manera que ambas pueden estar muy equiparadas a día de hoy.
¿Similitudes?
Sí que las tienen. [Sus productos son sofisticados, útiles, fáciles de usar, eficaces y potentes].
Ambas corrientes de belleza aunque con orígenes muy distintos, comparten un enfoque minimalista de la belleza femenina. Huyen de maquillajes recargados invirtiendo en el cuidado y preparación de la piel, más que en su cobertura y camuflaje. Con una piel cuidada como base poco maquillaje es necesario y eso es así en cualquier cultura.
Las dos abogan por la cara lavada, centrándose en la limpieza como primer paso de toda rutina y el más relevante. El “jamásteacostarássinlavartelacara” es internacionalmente compartido.
¿En qué difieren?
- Los productos franceses son más de toda la vida, tienen composiciones más sencillas, algunos con ingredientes naturales. Por esto resultan ideales como básicos perennes en tu rutina de cuidados. Acarrean fieles seguidoras desde hace decenios gracias a esto. Los productos coreanos también tienen algunos de estos ingredientes pero son más rebuscados y esconden muchas investigaciones y más innovación detrás.
- Los famosos pasos. (En su rutina de cuidados). 3, 5 y hasta 10. Con mucho marketing detrás se habla mucho de esto últimamente. Las francesas resumen los pasos de su rutina de noche en 3 o 4. Las coreanas pueden y suelen tener más. La esencia es el producto clave que determina esto, añade un paso más para las coreanas y no suele aparecer en rutinas francesas.
- La limpieza. En Corea se practica el double cleansing lo que suele implicar el uso de un aceite como primer paso de limpieza sobre la cara seca. Siempre. En Francia son más de agua micelar y gel facial para lavarse la cara.
- Las francesas tienen sus mascarillas, las de bote que están pensadas para ser usadas en varias ocasiones. Las coreanas, utilizan este mismo formato más como máscaras de noche, (sleeping pack) con las que dormir. Como mascarillas exprés utilizan las archifamosas sheet masks. Y poco a poco llegará el día en que las francesas también las introduzcan en sus cuidados, es cuestión de tiempo.
- Mientras que los productos franceses lo tienen aséptico y se caracterizan por su pragmatismo, (la mayoría son vendidos en farmacias), los coreanos son contrarios en su aproximación. El packaging de sus productos es en su mayoría muy simpático, lujoso o apetecible cuanto menos. Nunca pasa desapercibido. A menos que ese sea el efecto que se haya estudiado generar. Y no se trata de productos infantiles todos cuentan con detalles pensados hasta el último milímetro.
- Aunque ambas fuentes de belleza no son especialmente desmesuradas de precio, es la belleza coreana la que ofrece productos más asequibles, apta para bolsillos más jóvenes que la belleza francesa.
- Hoy día en cualquier rincón español podrás hacerte con los productos franceses que necesites al menos con algunos de los principales. Pero en el caso de los productos coreanos la cosa se complica. Será muy necesario adquirirlos de manera online y poco a poco podrás ir encontrando una reducida selección en Sephora, Primor o en tiendas especializadas.
- Cánones de belleza. Las modas en ambos países difieren y lo mismo ocurre en cuestiones beauty. La tez blanca y clara de las coreanas parapetada bajo kilos de SPF y hasta sombrillas portables, se contrapone al bronceado relajado de las francesas, a un look veraniego más natural y asilvestrado tipo “Biarritz y Deauville vs Seúl”. Claramente opuesto.
- En el maquillaje esto se traduce claramente. Los polvos bronceadores no se practican por esos lares, mientras que junto al colorete son un must entre las francesas. Y sino que le pregunten al Terracota de Guerlain el mítico santo grial más french imposible.
¿Y los productos españoles?
No se quedan atrás ni tienen nada que envidiarles a estos dos pesos pesados. Nos gusta destacar que muchas marcas buenísimas son de origen español. Marcas como ISDIN, Martiderm, Germaine de Capuccini y por supuesto Natura Bissé, son muy usadas en las rutinas de las españolas. Más de lo que podría pensarse.
La mejor apuesta es quedarse con lo mejor de cada casa, (francesa, coreana y española).