
Dicen que cuando algo te preocupa lo mejor para dar con su solución es dejar de pensar en ello. Generando preocupaciones a su alrededor, solo conseguimos estresarnos más sin alcanzar una solución. Algo que nos perturba, lo que consideramos un problema, puede desencadenar en dos posibles conclusiones. O bien tiene solución y nos alegrará por consiguiente saberlo. O no la tiene y no está en nuestro poder encontrarla, por lo que pierde el sentido y debería perder la presencia en nuestra lista de preocupaciones. (Suena muy fácil lo sabemos). También dicen que la gente alegre, suele estar un poco loca. Huimos del término “locura” pero no podemos estar más de acuerdo en este caso. Y es que la vida es una montaña rusa.
Más allá de una vida contemplativa y pasiva o de “tomarse todo con filosofía”, cambiar el chip es un gesto mucho más comprometido.
Que no vas a estar aquí para siempre no es una afirmación muy agradable de escuchar. Sin embargo guarda la rotundidad que necesitamos a veces para relativizar y ver el full picture.
Bután es un país que tenemos apuntado visitar como uno de los primeros lugares de nuestra lista y está considerado como el país más feliz del mundo. Según su cultura sus habitantes deben pararse a pensar en la muerte y en su propia existencia 5 veces al día. ¿Un poco radical? Forma parte de su filosofía de vida, de enfrentarse a lo que te da miedo y acabar abarcándolo con realismo. Y así pasa con todo lo que tememos, pretendemos ignorarlo pero así lo único que conseguimos es magnificarlo.
¿La gente tiene la instrucción de pensar en la muerte por lo menos cinco veces al día? ¡Sí! De hecho la idea de vivir como si este fuese el último día de nuestra vida libera nuestras mentes de muchas preocupaciones (inútiles casi todas).
Puedes elegir el disco que quieras escuchar al comenzar cada nuevo día. Centrándote en el de hoy, un buen día en el que a fin de cuentas se reduce todo a cómo te sientes en este momento.
Centrarte hacia dentro sin que toda tu atención vaya hacia fuera. Hacia los demás. ¿Qué hay de la atención que te diriges a ti misma? En todo se construye de dentro hacia fuera, sentando las bases de cualquier elección de chip. Porque cambiarlo es una elección personal. Naces y mueres sola y este tipo de introspecciones también son menesteres de una misma con su mecanismo.
Cuando decimos que alguien es inteligente en la vida solemos atribuirle facultades intelectuales y éxitos desde un punto de vista social. La inteligencia puede también aplicarse a la filosofía de vida de cada una. Acostumbradas a vivir como si fuéramos a estar aquí eternamente, perdemos la perspectiva de la brevedad de la vida y es en eso dónde reside precisamente su encanto.
Tulku Lobsang es un maestro budista y médico tibetano que lo explica mucho mejor, estando acostumbrado a dar charlas esparciendo su sabiduría por todo el mundo. Dice que como ser humano nos tenemos que querer. Saber y confiar que en la vida siempre haremos todo cuanto esté en nuestra mano para hacerlo de la mejor manera posible. Pero que si algo se tuerce, sabremos aceptarlo de igual manera.
Que todo tiene su opuesto ya lo sabemos, la perfección es una ilusión y su ausencia nos aporta un contraste vital para enseñarnos a dominar el equilibrio.
Como dicen los budistas compañeros de Lobsang, el vivir consiste en aprender a nadar. Como si nos encontráramos por así decirlo en un vasto océano con sus corrientes y sus olas. Dominándolas y sabiendo que fluctúan, acabamos aprendiendo a nadar a base de práctica. Su consejo es que nunca perdamos la calma al hacerlo porque eso es precisamente lo que nos ayudará a nadar mejor. Y no solo a mantenernos a flote.