
El abuso de las modas y booms muchas veces nos hace huir de ellos, nos satura su presencia en conversaciones, apariciones y exageraciones generalizadas. Esperamos honestamente que la meditación no sea uno de ellos para ti.
Definir la meditación no resulta menester sencillo, es personal e intransferible y no resumible en palabras corrientes.
Presentarla como la mejor amiga de tu mente es acertado para poder así aportar una sucinta idea de su valor.
Estar presente, en alerta y con ¿desapego?, apreciar inocentemente y ver con otros ojos. Con constancia, sin muchas preguntas y con mucha presencia. Cada vez son más las personas que meditan a diario. Personas de diferentes perfiles, con altas cargas de trabajo, exposición y responsabilidad. Con poco tiempo y altas exigencias.
Tu mente se “rebelará”, te encontrarás de pronto con numerosas excusas y pegas en su contra que parecerán muy lícitas en ese momento. Sortearlas forma parte del proceso.
La meditación tiene un impacto en nuestro cerebro y sobre eso se han especializado varios estudios.
Observar tus pensamientos y su flujo con distancia, desligándote de ellos como si los estuvieras viendo desde otra altura, montada en un globo desde arriba. Como algo que no va contigo. Es la distancia entre tú y la actividad de tu mente, tu actividad mental. SIN identificarte con ellos. Con algo que no eres. Se trata de alcanzar tu verdadera naturaleza. ¿Cómo eras de niña?
Es un espacio interior de paz mental similar al que se palpa en la naturaleza, en los animales. En la alegría que tienen y transmiten los niños pequeños.
Mirarse al espejo durante más de 3 minutos, sin filtros ni apreciaciones, es un buen ejercicio para comenzar a abordar la meditación.
¿Cuál sería el objetivo?
Que la mente no cuente las historias de su cosecha sino la historia que tú quieres que cuente. Es algo mucho más sutil que una lista de objetivos. Debería de formar parte de nuestro aprendizaje. Estar sin esfuerzo.
Hablando de objetivos, realmente lo que importa es que instaures el hábito en tu vida.
- Nunca se puede meditar mal. Hay una progresión como en todo, empiezas haciendo pequeños avances o no. Pero al menos los haces.
- Meditar como primera acción para comenzar tu día es lo más fácil. Antes de haber hecho mucho más que salir de la cama y antes de la ducha.
- Si estás en algún sitio con ruido es mucho mejor ponerse una meditación guiada o con sonido agradable de fondo.
Pon especial énfasis en no saltártelo jamás y menos en días con mucho lío.
- Comienza con una app o busca en Youtube. Hay que saber cómo empezar y las primeras veces es una situación a la que no estamos acostumbradas.
No te desanimes si al principio te sientes rara, puedes incluso sentirte peor y tener la sensación de que lo que te preocupa aparece en la superficie más que nunca. ¡Es normal!
- No te desanimes tampoco si no terminas de acostumbrarte a la postura de estar sentada así. Muchas veces se te dormirán las piernas y te resultará molesto en espalda y glúteos. Normal también. Sacúdelas, no significa que no puedas moverlas, no es una postura rígida.
- Empieza poco a poco. Sigue las instrucciones de la guía, al principio serán 3 minutos, luego 5 pasando por 10 y alcanzando los 20 – 30 minutos. O estableciéndote en los 15 minutos diarios.
- Investiga cuál es el tipo que mejor te va. Hay meditaciones con mantras, centradas especialmente en la respiración, con música o centradas en el body scanning.
Para nosotras es de gran ayuda centrarnos en un sonido ambiente de fondo (pájaros, animales de cualquier tipo, tráfico, avión, aire acondicionado etc. Es motivador aprender a descifrar un sonido y hacer que no nos moleste.) Hablamos de un sonido no excesivamente molesto y muy sutil para desligarnos de todo y concentrarnos en él. La respiración profunda al principio y al final, con cuidado de no acabar hiperventilando. Y es que respirar profundamente no es tan sencillo como puede parecer.
- Huye de las etiquetas. En general en tu vida pero especialmente durante la meditación. Evita etiquetar todo especialmente durante tu práctica de meditación. No hay comparaciones ni competiciones en esto. Es lo bonito.
Hoy en día hay millones de apps para aprender a meditar con meditaciones guiadas.
Nuestra preferida, Headspace es solo en inglés pero la mejor por muchos motivos. Sus adorables vídeos ilustrativos, sus meditaciones guiadas y la simpleza con la que lo presentan, es una gran ayuda para empezar con la práctica y siempre tienen alguna meditación ofertada gratuitamente si no quieres pagar sus cuotas mensuales.
ZenFriend e Insight Timer son dos buenas opciones también por el amplio contenido que ofrecen de forma gratuita. Especialmente la última porque ofrece material en español en caso de que no hables inglés.
Si necesitas ayuda para empezar siempre hay cursos de meditación que pueden ayudarte. Con un buen profesor o profesora con el que te sientas a gusto.
Un retiro espiritual también es una interesante opción para quien quiera empezar y no sepa cómo. Es un tirarse a la piscina de lleno pero decisivo para conocerlo mejor de primera mano. Una suerte si puedes participar en uno.
Dicen que para la meditación te tiene que llegar tu momento siendo ello muy personal. Si lo intentaste hace x meses sin éxito, dale una nueva oportunidad y a lo mejor ahora estás en un momento más idóneo para implantarlo. ¡Al menos pruébalo!*
En Madrid nos gusta:
*Nuestra opinión está basada en experiencias personales. No somos maestros ni profesionales certificados en la enseñanza de la meditación.
No sabes lo bien que me ha venido leer este artículo! Me está costando mucho mi compromiso de meditación que tengo en mi formación, pero poco a poco lo voy consiguiendo, y aunque de los 8 minutos que marco, puede que esté 2 sin pensar en nada, al menos ya me levanto de la cama sabiendo y queriendo ponerme. A mí me vale con mirar la llama de una vela 😊