
El pelo fosco es un mundo aparte. Empezando por decir que para nosotras no merece la fama que tiene, ni su impuesta etiqueta de desaliñado. Tener el pelo fosco es muy común y solo con darse una vuelta por Instagram te darás cuenta.
Teniendo en cuenta que para cada persona sus prioridades y quebraderos de cabeza beauty son otros, nos embarcamos en analizar este tipo de cabello.
Pero ¿qué es tener el pelo fosco? El denominador común sería el pelo encrespado.
Combatirlo, véase domarlo al 100%, es casi imposible pero siempre se puede controlarlo en la medida de lo posible.
El encrespado se da fundamentalmente por la humedad.
El método más eficaz para dominarlo y conseguir un pelo domado es usando calor (tenacillas, plancha y demás). No necesariamente la panacea aunque hay que decir que con el gran número de productos protectores de calor para el pelo que existen hoy día, es una solución considerable.
Lo principal es el clima en el que vivas. Este tipo de pelo es el más reactivo a las condiciones que le rodean. Por otro lado está la electricidad estática, tan presente durante el invierno. Lo primero para combatirla es huir de los cepillos y peines con púas metálicas o incluso de plástico y utilizar uno de madera. Los míticos cepillos para ello, los de cedras naturales, son los de cedras de jabalí. Los más indicados y los que llevan usándose en bellas melenas desde hace más de 100 años.
Lo importante es saber que cuanto más estropeado está tu pelo, más se encrespará, más fosco parecerá. En verano es especialmente importante extremar los cuidados e hidratarlo.
En melenas onduladas y rizadas es más común lidiar con esta condición. Para momentos en los que no tenemos tiempo de ocuparnos de esto, lo más recomendable para este tipo de pelos, es hacerte un moño o coleta, recogértelo para controlar la electricidad estática que se avecina y partir así.
La hidratación es esencial en todo tipo de pelos pero particularmente en estos pelos locos. Mascarilla hidratante varios días a la semana y acondicionador siempre, siempre.
Sus básicos: Empezando por un champú indicado para este tipo tuyo, invirtiendo en mucho acondicionador del mismo tipo y concluyendo con un sérum o aceite especial para él.
Al ducharte especialmente en invierno intenta acortar tu estancia posterior en el cuarto de baño lo máximo posible. El momento SPA rodeada de vaho es tremendamente gustoso. Pero si tu pelo tiende a encresparse le estarás dando toda la gasolina que necesita para ello. Opta por arreglarte en tu habitación o en cualquier otra estancia menos el cuarto de baño donde te hayas duchado.
Las toallas de toda la vida enrolladas en la cabeza a modo de turbante, no favorecen a ningún tipo de pelo por el tema de conservar su cutícula lo más intacta posible. Es esencial mantener la capa más exterior de tu pelo, lo más lisa posible para combatir la humedad. Opta por sustituir esta opción con toallas capilares especiales anti-frizz. Una vez más, una buenísima opción para domar el pelo con tendencia al encrespamiento, es el aceite puro de jojoba o el de Argán. Puedes aplicártelo en medios y puntas cuando esté aún húmedo, usarlo como tratamiento nocturno o en combinación con tu mascarilla.
Otro truco es aplicar un poco de laca en tu cepillo para los últimos cepillados de remate final.
Huelga decir que evites acostarte con el pelo mojado o húmedo ya que te levantarás como Simba sea cual sea el tipo de pelo que tengas. Solo por si no habías caído en esto.
Y como remedio infalible que te ahorrará tiempo nos hablan del alisado brasileño y de los tratamientos con Keratina en salones de peluquería. Nosotras no lo hemos probado aún pero lo apuntaremos en la lista porque con un boca a boca tan potente algo tiene que tener.