
Y de golpe se acabó el verano y casi el otoño. Todas hemos sufrido el impacto de cuando llegó el calor y nos fuimos acostumbrando como pudimos, para mentalizarnos ahora de que por donde vino, se fue.
Los pies son probablemente la parte más afectada por el calor del verano. Ellos durante esta maravillosa estación del año siguen con su cometido. Pero se les suma la hinchazón, la pesadez, las durezas y demás roces con tus sandalias amadas, cuñas, tacones, bodas y comuniones…
¿Alguna ves has pensado cómo debe de sentirse ser pie?
Desde ahí abajo andas estando aplastada todo el rato, tienes una fina coraza llamada suela y tienes que llevarte bien con cualquier ente llamado zapato o bota que te enchufen.
El sudar forma parte de ti y encima tienes que lucir sofisticada y arreglada, con uñas de colores y chicas que te sujetan con fuerza mientras te pasan un raspador infame que da grima y dentera.
Y te hinchas en verano. Y deshinchas en otoño. Desconoces los motivos pero el caso es que retienes líquidos y tu grosor aumenta. Y tu movilidad se ve más limitada. Pero las exigencias no bajan. El mismo movimiento, aguante y deporte.
Con suerte alguna vez te ponen en alto y cambias de perspectiva. Esos son los mejores momentos y son contados.
Y en verano lo mejor es que gozas del contacto directo con la arena, eso sí que es bienestar, estando rodeada de agua salada.
Hay unos preciosos patucos que han creado que aportan un agradable exfoliado + hidratación para poder deleitarse un poco acabando con pies de seda.
[Nos gusta Exfoliating Soft Food Membrane, de Pil´aten. De venta en Primor.]
Las plantillas también tienen su importancia, la pisada es fundamental y si sospechas que la tuya no es adecuada a tu fisionomía, hay varias tiendas de deportes que te la miran y por supuesto podólogos que te las pueden crear personalizadas. Hagas deporte o no. Estas han cambiado vidas literalmente, corrigen posturas y mejoran lesiones o dolores.
El mega máximo (merece la enfatización) placer es la gran amada reflexología. No hay mayor deleite posible. Se trata de pulsar unos puntos específicos de tus queridos pies, plantas y dedos para teletransportarte al nirvana más absoluto. Te quita la tensión y tus pies se llenan de vida, energía y relajación al mismo tiempo. Va (mucho) más allá de una buena pedicura. Lo ideal es aunar ambas.
De esta manera te queda un pie relajado, con una pisada limpia, pasado por un acto de exfoliación a conciencia y una hidratación afín a su naturaleza. Nos encantan la línea de cremas para pies de Deliplus. En verano si la guardas en la nevera, aplicártela será un ritual venerado más que una obligación.
Una cosa que nos impactó hace unos años: un sabio compañero de trabajo del mundo financiero nos alertó sobre la peligrosidad de los calzados baratos de tiendas masivas de fast fashion que tanto nos gustaban cuando salíamos a la caza de súper chollos. Obviamente el plástico y sus olores no tienen adeptos, pero fue él quien nos hizo caer en la cuenta:
Verano = sandalia + pie sudando, poro abierto en planta pie -> planta pie en contacto directo con plástico o material de dudosa calidad, plástico = veneno per te sí, para ti. Claramente no queremos que aspiren ningún material cuyo olor solamente en la tienda nos causa mareo.
Los pies también hacen de “filtro o barrera” por lo que procuremos juntarlos lo menos posible con malhechores y venenos.
Hay pocas cosas que sean más obscenamente grotescas que unas plantas de pie poco cuidadas. La palabra dureza tiene el mismo impacto que crudeza, no se puede empezar a catalogar el horror que suscita en sí misma. Cuando se detectan es cuando se deben tratar. Independientemente de la estación del año los pies están ahí, forman parte de ti y serán vistos precisamente por las personas cuya opinión sí que te importa (segurísimo).
Suelen estar salvaguardados pero en los momentos decisivos, hacen su aparición estelar. Al igual que mucho se puede decir sobre el estado de los zapatos de alguien, lo mismo pasa con nuestros pies. Estate atenta y verás.
Para las entrevistas de trabajo o cuando necesitas calar a alguien deberíamos de analizar sus pies. No es broma.
Apostamos por:
- Masajes de pies (reflexoterapia) para sonreír de forma auténtica.
- Llevarlos a su médico si lo necesitan, al igual que tú vas al tuyo ante una gripe.
- Puesta a punto más allá de pedicuras. Mimos, exfoliación e hidratación básica.
- Erradicación de durezas y demás indeseables.
- Morenos y mimos con autobronceador o crema solar en verano.
- Consentirlos con cremas, mascarillas y patucos mencionados ¡se lo merecen!